miércoles, 25 de diciembre de 2013

ALGORITMO DIAGNÓSTICO (Miopatías hereditarias)


ALGORITMO DIAGNÓSTICO (Miopatías hereditarias)
§     Escalón diagnóstico I
a.    Edad de comienzo y evolutividad
b.   Sintomatología y signos clínicos
c.    Rasgos clínicos especiales
d.    Antecedentes familiares, etnicidad y patrón de herencia
§     Escalón diagnóstico II
         a.    Estudio enzimático
         b.    Estudio neurofisiológico
         c.    Estudios especiales
         d.    Estudio bioquímico y/o metabólico
         e.    Biopsia muscular
§    Escalón diagnóstico III
a.     Estudios moleculares
Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares Sociedad Española de Neurología

Escalón Diagnóstico I

a.       Edad de comienzo y evolutividad
La edad de comienzo y la evolutividad del cuadro hasta la primera evaluación del paciente son claves para comenzar a orientar el diagnóstico clínico del paciente. Por debajo de los 10 años, se deberán considerar las distrofinopatías graves y las sarcoglicanopatías como diagnósticos de probabilidad y por encima de esa edad las distrofias por deficit de calpaína, las distrofinopatías más leves y sarcoglicanopatías serían las entidades más frecuentes. Por encima de los 30 años, las distrofias más frecuentes son las de herencia dominante, existen algunos casos muy benignos de distrofinopatías y es la edad de aparición de algunos tipos especiales de distrofias distales o las oculofaríngeas.

b.    Sintomatología y signos clínicos
La mayoría de procesos miopáticos tienen en común el síntoma de la debilidad, generalmente progresiva y de predominio proximal, aunque también se afecta la musculatura axial, facial y/o distal en mayor o menor grado dependiendo de las entidades. Junto a la debilidad, la mayoría de miopatías presentan atrofia del tejido muscular con pérdida de volumen y alteración de la consistencia, pudiendo llegar a la total sustitución de las fibras musculares por tejido graso. Los reflejos osteotendinosos suelen estar disminuidos o ausentes cuando la debilidad es muy marcada. Esta sintomatología es en unas miopatías, constante y progresiva (distrofias y la mayoría de miopatías estructurales), mientras en otras los síntomas se presentan de forma episódica en relación con diferentes estímulos generalmente relacionados con situaciones de mayor demanda energética del tejido muscular (miopatías metabólicas) aunque también en éstas pueden existir síntomas constantes y una evolución progresiva. Conviene indagar sobre la existencia de determinadas manifestaciones neurológicas o extramusculares en familiares directos que sugieran un trastorno multisistémico. La exploración clínica debe incluir una valoración de los déficits motores excluyendo otros rasgos (fasciculaciones, trastornos sensitivos, etc...) que sugieran una naturaleza no primariamente miopática del proceso.
   
c.     Rasgos clínicos especiales
La miotonía aunque es una característica de varias miopatías, lo es fundamentalmente de la distrofia miotónica. La pseudohipertrofia gemelar sugiere una distrofinopatía o una sarcoglicanopatía, pero puede verse en una distrofia por deficit de calpaína e incluso en procesos neurógenos. Las contracturas articulares o la espina rígida pueden sugerir los diagnósticos de una distrofia de Emery-Dreyfuss o una congénita. La afectación oculomotora puede darse en procesos distróficos como la oculofaríngea y en cuadros de origen mitocondrial. Cuando las manifestaciones extramusculares son muy floridas, alcanzando todos los órganos de la economía, debemos pensar en la posibilidad de una encefalomiopatía mitocondrial o en una distrofia congénita con participación del SNC en algunos casos. La afectación miocárdica puede ser predominante en algunas distrofinopatías incluso muy leves, en las distrofias por deficit de lamina A/C, en algunas desminopatías, en la distrofia miotónica, en la distrofia de Emery-Dreyfuss y en miopatías metabólicas (glucogenosis y mitocondriales) o inflamatorias.

d.    Antecedentes familiares, etnicidad y patrón de herencia
La anamnesis debe prestar atención a los antecedentes familiares de consanguinidad o de historia familiar de procesos similares. Hay que recordar que en determinadas regiones o en pacientes de grupos étnicos bien diferenciados existen tipos de distrofias sobrerrepresentados, muchas veces con una única mutación predominante que debería ser investigada de forma prioritaria (mutación 2362 AG->TCATCT en el gen de la calpaína entre vascos o mutación C283Y en el gen gamma-sarcoglicano entre gitanos).

Escalón Diagnóstico II
* Escalón diagnóstico II
a.    Estudio enzimático
Una práctica clínica simple y muy útil es la determinación de la tasa sérica de las enzimas musculares. Las transaminasas GOT y GPT no son enzimas específicamente musculares, pero pueden elevarse en procesos miopáticos. Ante toda sospecha de de hepatitis anictérica hay que contemplar la posibilidad de que se trate de una miopatía y realizar la determinación de creatínkinasa (CK), que es un enzima fundamentalmente muscular, por lo que su elevación sugiere destrucción de fibras musculares. Su normalidad no excluye la presencia de una miopatía.

b.     Estudio neurofisiológico
La electromiografía (EMG) consiste en recoger los potenciales de acción muscular mediante un electrodo bipolar de aguja insertado en el músculo. Su utilización combinada con la electroneurografía permite establecer el diagnóstico diferencial con otros procesos no primariamente miopáticos (p.ej., neuropatías, enfermedad de motoneurona, síndromes de la unión neuromuscular), cuya sintomatología incluye la debilidad muscular. Un patrón EMG se define como miopático, cuando incluye rasgos como la ausencia de actividad espontánea en reposo o de incrementos significativos de la actividad insercional, la aparición de un patrón interferencial al mínimo esfuerzo, o de potenciales de unidad motora de pequeña amplitud y duración, frecuentemente polifásicos. Algunas miopatías presentan un patrón EMG con rasgos más típicos de los procesos neurogénicos, o mixto, por lo que el valor de esta técnica aislada es a veces limitado.

c.     Estudios especiales
La TAC o la RNM muscular pueden ser muy útiles para analizar el patrón de afectación topográfica sobre todo en los estadios iniciales. No existe un patrón específico para todas y cada una de las entidades pero en las distrofias de cinturas por déficit de calpaína existe una afectación predominante del compartimento posterior en muslos y piernas mientras que las distrofinopatías la afectación predominante es anterior en muslos. En las distrofias distales el TAC puede ayudar a la exploración clínica para delimitar los grupos más afectos. Es importante recalcar que estas exploraciones deben ser realizadas en fases precoces si se quiere que tengan valor de cara al diagnóstico diferencial.

d.    Estudio bioquímico y/o metabólico
Los estudios bioquímicos han contribuido de manera decisiva al conocimiento de los mecanismos de obtención de energía de la fibra muscular, en la actualidad su valor diagnóstico ha quedado un poco devaluado por su inespecificidad. Existen algunos tests funcionales como la prueba de ejercicio en situación de isquemia, o el test de provocación con infusión de iones que tratan de provocar la sintomatología característica de algunas miopatías metabólicas.

e.    Biopsia muscular
La biopsia muscular consiste en la obtención de una muestra de tejido muscular y puede realizarse a cielo abierto con anestesia local a través de una
pequeña incisión en la piel o mediante una aguja especial con un trocar. La sencillez de esta última técnica se ve contrarrestada por la inferior calidad de la muestra conseguida. Los músculos más frecuentemente biopsiados son el biceps braquial, el deltoides y el cuádriceps femoral (deben evitarse los músculos más afectados clínicamente). El procesamiento de la biopsia muscular debe ser cuidadoso, asegurándose que la congelación se haga correctamente evitando artefactos que comprometan su utilidad diagnóstica. El músculo así obtenido, se puede  someter a diversas tinciones para microscopia óptica y electrónica o estudios de tipo inmunohistoenzimático permitiendo llegar al diagnóstico definitivo de una gran cantidad de procesos. Las características histológicas que sugieren un proceso primario de músculo incluyen la variabilidad del tamaño de las fibras musculares, la centralización de los núcleos, los fenómenos de degeneración-regeneración, la necrosis o división de las fibras, la presencia de infiltrados inflamatorios o de material de depósito y las anomalías de las organelas celulares. En algunas miopatías la afectación histológica es selectiva para un tipo de fibras o patognomónica de una determinada entidad nosológica, pero en la mayoría de procesos las tinciones selectivas o la determinación de proteínas por procedimientos inmunológicos (Western-Blot) son necesarias para llegar a un diagnóstico que debe ser confirmado mediante estudios moleculares.

Escalón Diagnóstico III

a.    Estudios moleculares
El análisis genético que constituye la prueba diagnóstica de certidumbre, puede ser de tipo indirecto o directo. Con el primero se estudian los haplotipos construidos con diferentes marcadores genómicos que segreguen con la enfermedad en una determinada familia, mientras que con el segundo se buscan las diferentes mutaciones directamente por lo que es de mayor certidumbre. Cuando se trata de buscar una mutación puntual la técnica más utilizada fura de del estudio de mutaciones concretas en grupos humanos concretos es la de screening de variaciones en la conformación de las secuencias (SCCP, DGE o similares). En estas técnicas se analiza el gen exóin por exón lo que dependiendo de la cantidad de exones de cada gen supone una gran carga de trabajo. Con ello no están detectadas todas las mutaciones pues la técnica tiene hasta un 20% de falsos negativos y no detecta las alteraciones en los intrones. Entre los falsos positivos están las variantes polimórficas de la secuencia que no son responsables de la patología por lo que después de esta técnica hay que conformar la mutación mediante secuenciación directa. En el caso de las miopatías y encefalomiopatías mitocondriales el estudio molecular debe realizarse en los tejidos de mayor afectación. Así la presencia de deleciones del ADN mitocondrial asociadas a los cuadros de oftalmoplejia externa progresiva debe realizarse en músculo ya que no suele ser muy rentable en sangre periférica. Sin embargo los cuadros de encefalomiopatías mitocondriales asociados a mutaciones puntuales del ADN mitocondrial pueden estudiarse en ADN procedente de linfocitos de sangre periférica.

 Grupo de Estudio de Enfermedades Neuromusculares
           Sociedad Española de Neurología www.sen.es (creado Julio del 2004)
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